La agricultura es la base de la alimentación y, como tal, es un valor seguro. El crecimiento del sector agrícola está asegurado, ya que está ligado a una necesidad básica como es la de alimentar a una población en aumento que cada vez demanda mayor calidad en los productos que consume. La rentabilidad del sector se fomenta en un valor tan sólido como lo es el de la supervivencia.
Muchos expertos señalan que, entre los motivos que propiciaron la crisis de finales de la década de los 2000, se encuentra la sobrevalorización de productos financieros fundados sobre un activo que había dejado de ser identificable. En el caso del sector agrícola, sin embargo, este activo es claro: el suelo.
El cuidado de un recurso limitado como es el suelo será, pues, clave para garantizar la rentabilidad del sector agrícola. Suplir las carencias que pueden lastrar la productividad de los cultivos será un factor fundamental para que el campo sea rentable.
Según el IGN, el Instituto Geográfico Nacional, la rentabilidad de la agricultura no está condicionada solo por el medio donde se realiza, sino que también influyen las inversiones que se realicen en infraestructuras, cuidado del suelo, maquinaria o comercialización, entre otros. Existen elementos que afectan a su rentabilidad, pero sobre los que el sector agrícola no tiene control; sin embargo, sí hay diferentes áreas sobre las que es posible trabajar para garantizar y hacer crecer la rentabilidad del campo.
Dos de los elementos clave en el crecimiento de la rentabilidad del sector agrícola son la eficiencia y la sostenibilidad. Aumentar la productividad sin perder calidad es a la vez un reto y una necesidad si el sector quiere ser competitivo y rentable. Para ello, es necesario realizar inversiones inteligentes, fundadas, que se dirijan a mejorar la eficiencia en el campo, de modo que seamos capaces de lograr más con menos.
Optimizar resultados con el mínimo gasto posible es la base de todo negocio rentable, y la solución para lograr este equilibrio, y que sea duradero en el tiempo, pasa por la innovación en el sector. Invertir en soluciones innovadoras que aumenten la productividad en el sector agrícola y que hagan que este sea sostenible, es invertir en un valor seguro.
Claves para un sector agrícola rentable
Innovación
El sector agrícola se enfrenta a grandes retos. No solo, como en cualquier negocio, necesita ser rentable y, por lo tanto, tiene que ser competitivo, sino que ha de hacer frente a factores tan determinantes para su propia existencia como son el cambio climático o el aumento de la población.
La revista The Economist publicó en 2019 que, en los 40 años posteriores, sería necesario producir la misma cantidad de alimentos que en los últimos 10.000 años. La demanda de alimentos crece a un ritmo continuado de entre el 2 y el 3% anual. A esta demanda cuantitativa se suma la exigencia de producir alimentos de calidad, que sean saludables y seguros para todo el mundo.
A esta necesidad de producir más se contrapone el hecho de que los recursos naturales que sustentan el sector agrícola, como las tierras de cultivo y el agua, son escasos. Así pues, la solución solo puede ser una: hacer más con menos. Y para ello se necesitan ideas innovadoras que propongan soluciones basadas en la productividad y la estabilidad.
Cambio de modelo
Sabemos cuáles son las exigencias socioeconómicas y medioambientales de nuestro entorno para los próximos años. Unas demandas que van mucho más allá del cortoplacismo y exigen soluciones estructurales.
Se ha demostrado que el modelo de producción agrícola tradicional, heredero de la era industrial, no es sostenible ni económica ni ecológicamente. Como se dice popularmente, ha resultado ser pan para hoy y hambre para mañana. Si el sector agrícola quiere dar respuesta a las demandas sociales y ser rentable, tiene que ofrecer soluciones que garanticen un sistema de producción sostenible y justo.
Optimización de los recursos naturales
El agua y especialmente el suelo, puesto que es la base de la agricultura, son bienes escasos. Para que sigan contribuyendo a la producción alimentaria de una manera sostenible en el tiempo, es necesario tener un amplio control sobre estos recursos.
Para evitar el maltrato del suelo o el desperdicio de agua, el sector agrícola debe trabajar en una gestión eficiente de los recursos. La investigación y el conocimiento serán herramientas que ayuden a tomar decisiones más informadas y adecuadas. Una gestión más eficiente del campo, que conducirá al aumento de la rentabilidad del sector agrícola, aprovecha el conocimiento subyacente de la experiencia previa para realizar una planificación más adecuada, tomar mejores decisiones y llevar un mayor control. Al mismo tiempo, tiene un ojo puesto en el futuro y en cómo conseguir que la rentabilidad del sector sea duradera.
Pensar en la agricultura como un negocio
La información es poder y aunque el agricultor no puede, evidentemente, hacerse cargo de todo, sí es importante que tenga una visión general de su negocio, tanto a corto como a medio y largo plazo. Conocer qué campos o cultivos resultan más rentables, los beneficios que se producen, cuáles son los costes reales o el trabajo conjunto entre los diferentes agentes que conforman el sector son fundamentales para que sea más fácil detectar posibles problemas y saber actuar más rápido para ponerles solución.
Realizar inversiones inteligentes, cuyo retorno no se valore únicamente en el efecto inmediato, sino en cómo afectarán al negocio a largo plazo, también es importante. Invertir en el cuidado del valor principal del sector agrícola, que es el suelo, pero también en tecnología, digitalización o formación, será invertir en un futuro del sector agrícola rentable.