Los expertos coinciden en la necesidad de que la agricultura se adapte a una nueva climatología más adversa



Recientemente, la FAO ha elaborado un informe en el que se recogen hasta 1700 prácticas agrarias sostenibles. En general, tanto el subdirector del clima de la FAO, Zitouni Ould-Dada, como diversos expertos sobre clima y agricultura, coinciden en defender la plantación de árboles y la diversificación de cultivos como prácticas que ayudarán a los agricultores a adaptarse al medio, según ha informado recientemente la Agencia EFE.

Ejes de trabajo de la FAO:

Desde la FAO, la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura, FAO, y cuyo objetivo es combatir el efecto del cambio climático en la agricultura se trabaja en tres ejes fundamentales: Aumentar de forma sostenible la producción de comida y los ingresos de los productores; ayudar para que los agricultores se adapten al cambio climático y construir resiliencias; y reducir los efectos de los gases efecto invernadero.

Con estos tres ejes de trabajo, la FAO, junto a otras organizaciones internacionales trabaja en la detección de proyectos e iniciativas que inciden en ellos.

Prácticas que ayudan frente al cambio climático:

Uno de esos informes parte del Centro de Estudios de Agricultura Tropical -CIAT- quien a través de un estudio sobre prácticas agropecuaria ha detectado seis bloques de actividades que pueden ayudar a compensar los efectos del cambio climático en la agricultura. Esas prácticas y tecnologías tienen que ver con el manejo del agua, la tolerancia de los cultivos al estrés, los cultivos intercalados, la fertilización orgánica, el control de plagas, y la agricultura de conservación.

Prácticas técnicas desde Murcia:

En todos los estudios se pone el foco en la necesidad de que la agricultura asuma que el cambio del clima va a afectar en la producción. Aún más recientemente, durante el mes de abril, la localidad murciana de Torre Pacheco albergó las jornadas sobre Tecnología Agrícola y Agronegocios del Mediterráneo. En este foro, Roberto García Torrente, miembro de la Fundación Cajamar Murcia identificó claramente las dos principales consecuencias del cambio climático: el incremento de las temperaturas, y el incremento de los Gases Efecto Invernadero -GEI-. A su vez estas consecuencias conllevan un incremento de la demanda de recursos hídricos y las consecuencias derivadas del aumento de temperaturas: sequías, inundaciones, olas de calor, heladas, inviernos muy suaves, y proliferación de plagas.

Las medidas que proponía este experto para combatir estos efectos pasan, entre otras soluciones, por el uso de invernaderos que evitan la evaporación de agua y su máximo aprovechamiento o el uso de mallas antigranizo que evite destrucción de cosechas, entre otras soluciones.