La agricultura regenerativa, en qué consiste


agricultura regenerativa

Pese a que se sustenta en prácticas ancestrales, este movimiento está ganando cada vez más adeptos en la actualidad. Esta aproximación a la agricultura combina técnicas modernas con conocimientos “de toda la vida”, prácticas previas a la industrialización del campo.

El fundamento de la agricultura regenerativa es la conservación y rehabilitación del suelo. No se trata únicamente de no dañar el entorno, sino incluso de mejorarlo. Este concepto incluye diversas prácticas y bebe de distintas fuentes, aunque el objetivo principal está claro: que el suelo de cultivo sea productivo durante el máximo tiempo posible para no tener que transformar nuevas áreas naturales.

Para alcanzar este objetivo es necesario entender cómo funcionan y se relacionan los distintos elementos que producen esa vida que surge de los cultivos. La naturaleza produce frutos y vegetales sin ningún tipo de intervención, por su propia lógica; por ello, si los humanos modifican esa naturaleza para obtener alimentos de la tierra, según los principios de la agricultura regenerativa, deben hacerlo no solo causando el mínimo impacto posible, sino restituyendo el daño que se pueda producir durante el proceso.

En cierto modo, se trata de que la agricultura imite la manera en que funciona la naturaleza, de que haya una especie de alianza entre la naturaleza y la agricultura. Con este fin, se adoptan diferentes prácticas con las que producir y, al mismo tiempo, restituir. 

¿Qué es la agricultura regenerativa?

La agricultura regenerativa adopta una metodología holística, es decir, que entiende los procesos como un todo en el que intervienen varios elementos, en lugar de pensarlos como algo separado. Va más allá de la implantación de prácticas sostenibles y el uso de productos ecológicos, es un cambio de sistema donde la clave es el uso eficiente de todos los recursos.

Se trata de hacer menos con más, reducir costes y que los cultivos resulten lo menos invasivos posible. Pero, desde el momento en que se interviene un terreno para cultivarlo, se está modificando su orden natural. De esta manera, lo que caracteriza a este movimiento es la “regeneración”. Por un lado, se cuida y mantiene vivo el suelo de los cultivos con diferentes técnicas como, por ejemplo, el uso de bioestimulantes como syliKA Drip H, que acaba de incorporarse a nuestro portfolio. Por otro lado, frente a la deforestación, se propone la reforestación; se apuesta por la recuperación de terrenos que han sido explotados y abandonados porque ya no eran útiles para un sistema productivo que prima la cantidad. Esta regeneración se hace en consonancia con las características originales del entorno, potenciando los procesos naturales para que se auto regeneren.

Prácticas de agricultura regenerativa

Las prácticas de agricultura regenerativa se dirigen principalmente a aumentar el nivel de carbono orgánico del suelo. Ese dióxido de carbono que tan nocivo resulta cuando su origen no es natural y se emite a la atmósfera, resulta muy beneficioso cuando se mantiene en el suelo y se produce de manera natural. Ese carbono del suelo contrarresta al del aire, con lo que se contribuye a mitigar el cambio climático.

Además del uso de biofertilizantes o bioestimulantes, la agricultura regenerativa hace hincapié en integrar elementos de la propia naturaleza en la producción de los cultivos. Por ejemplo, se apuesta fuertemente por la diversificación y la rotación en los cultivos, lo cual ayuda a que el suelo se regenere de forma natural y, además, no solo protege la biodiversidad de cada zona, sino que la enriquece.

Un elemento clave en la agricultura regenerativa es la eficiencia. En esta línea, en Tradecorp hemos desarrollado nuestras Soluciones para Crecer, soluciones para aumentar la productividad de los cultivos de una manera sostenible. Para nosotros, igual que para la agricultura regenerativa, la sostenibilidad se entiende a nivel de preservación medioambiental, pero también como modo de vida. La agricultura ha de ser económicamente rentable y crear empleo, ser un elemento de cohesión social.

Otras técnicas que se incluyen en la agricultura regenerativa son, por ejemplo, la integración de los animales, la monitorización de los cultivos o la creación de compost, entre otras. Son técnicas que recuperan la manera de hacer que ha permitido que los seres humanos se alimentasen de la tierra desde hace miles de años, pero que ahora se aprovechan del desarrollo tecnológico para aumentar la eficiencia y productividad de esos conocimientos y poder así cubrir las necesidades actuales.

 

Beneficios de la agricultura regenerativa

El fin último de la agricultura regenerativa es que el suelo sea fértil y se mantenga así por mucho tiempo. Por ello, sus beneficios han de entenderse sobre todo al medio-largo plazo. Pero no es solo una cuestión de generar cultivos mejores y alimentos más saludables, sino que se plantea como una cuestión de supervivencia, no nos podemos permitir quedarnos sin terrenos de cultivo.

Para atender las demandas alimenticias de la súper población del futuro, la tierra tiene que seguir dando alimento, y para ello no queda otra alternativa que cuidarla.

Algunas de las ventajas de la agricultura regenerativa son:

  • Aumento de la productividad de los cultivos.
  • Freno en la erosión y destrucción del suelo fértil.
  • Recuperación de cultivos.
  • Mayor fertilidad por la mineralización y reconstrucción orgánica de los suelos.
  • Alimentos más nutritivos.
  • Descenso de las emisiones de CO₂.
  • Conservación del hábitat natural y apoyo a la biodiversidad de los territorios.
  • Mejora en la capacidad de los terrenos de cultivo de filtrar y retener el agua.
  • Fortalecimiento de la capacidad de hacer frente a crisis climáticas.