Cómo proteger los cultivos de las heladas


Proteger cultivos de las heladas - tradecorp

Los problemas que sufren los cultivos asociados con los cambios extremos de temperatura, por frío o calor, son cada vez más recurrentes. 

Es una de las principales consecuencias del cambio climático, que se ha convertido en uno de los grandes retos que tiene que afrontar la agricultura del futuro.

Estos cambios de temperatura extremos producen en las plantas el llamado “estrés abiótico”, que influye en la productividad y calidad de los cultivos.

 Poder gestionar el estrés abiótico que producen las heladas es una prioridad para la supervivencia del sector agrícola.

Existen diversas soluciones para proteger los cultivos de las heladas; una de las más efectivas, por su acción preventiva, es el uso de bioestimulantes que preparan a la planta para hacer frente a los ataques que producen las bajas temperaturas.

Efectos de las heladas en los cultivos

El impacto de las heladas en los cultivos depende de muchos factores, principalmente de qué tipo de cultivo sea y el momento de desarrollo en el que se encuentre la planta cuando se produzca esa helada, es decir, su estado fenológico. 

Hay cultivos a los que les afecta más el frío que a otros, de hecho, algunas especies incluso necesitan bajas temperaturas para desarrollarse, y tampoco se produce el mismo daño en las diferentes etapas del cultivo.

 Por lo general, las etapas más sensibles son las que van de botón floral a fruto pequeño.

Según la FAO, hay especies muy susceptibles al daño por heladas como los aguacates, plátanos, berenjenas, lechugas, limones, melocotoneros, patatas, pimientos o tomates, entre otros.

Otras son moderadamente susceptibles, como el apio, el brócoli, la calabaza de invierno, espinacas, guisantes, manzanas, naranjas, rábanos, uvas o zanahorias.

Por último, encontramos algunas que son menos susceptibles, como la berza común, chirivías, cole, dátiles, nabos y remolachas.

Los efectos de las heladas sobre los cultivos no se producen porque haya nieve, de hecho, una técnica que se utiliza para protegerlos es la retención de nieve, que salva a las plantas de la congelación. 

Los daños directos por heladas se producen cuando se forman cristales de hielo en las células de las plantas (helada intracelular), que se asocia con un enfriamiento rápido. 

Mientras que los daños indirectos se producen cuando se forma hielo dentro de la planta, pero fuera de las células. 

Así pues, los daños por heladas no se producen porque haga frío, sino por la formación de hielo en la planta.

Estos daños en los cultivos producidos por las heladas pueden ser internos (se rompen las membranas celulares, provocando la deshidratación de la planta) o externos (muerte de hojas y tallos tiernos, destrucción de flores y frutos pequeños), y pueden tener un efecto inmediato (deshidratación) o acumulativo (periodos prolongados).

¿Qué es el estrés abiótico?

Mientras que el estrés biótico se refiere a los daños causados en las plantas por organismos vivos como los hongos, las bacterias o los virus, el abiótico hace referencia a factores no vivos, como los factores ambientales.

El estrés abiótico en los cultivos es inevitable, ya que dependen casi exclusivamente de factores ambientales para su desarrollo; por eso, los daños que produce el estrés abiótico son el factor que más impacto negativo tiene en el crecimiento y productividad de los cultivos.

Sistemas de control de los efectos de las heladas en los cultivos

Hay diferentes formas de proteger los cultivos de las heladas; estas se pueden dividir entre sistemas de control pasivos y activos.

Los sistemas de control pasivos son los preventivos, aquellas prácticas que se realizan antes de que se produzcan las heladas y cuyo efecto es permanente. 

Entre estos sistemas, encontramos desde acciones de planificación, como la elección del lugar de cultivo o del propio cultivo, hasta técnicas propias de la agricultura protegida como el uso de cubiertas vegetales o mallas protectoras.

Por otro lado, los sistemas de control activos son los que se ponen en funcionamiento cuando ocurre la helada o unas pocas horas antes de que se produzca. 

Por lo general, consisten en aportar calor para que la temperatura no alcance el punto en el que puede producir los daños. 

Para ello, se utilizan sistemas como calefactores, riego por aspersión o torres de ventilación; estos sistemas suelen tener costes de implementación bastante más altos que los de control pasivo.

Soluciones Tradecorp para proteger tus cultivos de las heladas

Tradecorp apuesta por el uso de bioestimulantes para proteger a los cultivos de las heladas. Contamos con productos para tratar los cultivos sometidos a estrés abiótico, tanto para prepararlos frente a las heladas como para recuperarlos una vez se han producido.

En primer lugar, entre las soluciones para tratar el estrés abiótico, se encuentra el estimulante del crecimiento vegetal Aminotec, que acelera la síntesis de proteínas y fitohormonas.

También encontramos el abono ecológico Estiplant Eco 23 con aminoácidos 100% de origen vegetal complementados con nitrógeno orgánico, que actúa de manera eficaz e inmediata y cuyos resultados son especialmente visibles en situaciones desfavorables de estrés vegetal.

Por último, encontramos Vegenergy Pro, que contiene la máxima concentración de aminoácidos libres y cuenta con certificado en agricultura ecológica.

También cabe destacar la familia de bioestimulantes Phylgreen, desarrollados sobre una base de macroalgas marinas, y por lo tanto 100% ecológicos, que protegen los cultivos de las heladas y ayudan a prevenir sus daños.