Es importante el control precoz ya que algunas especies crecen muy rápido y pueden provocar pérdidas muy importantes.
Los géneros de malas hierbas monocotiledóneas más habituales en el cultivo de maíz son:
La cañota (Sorghum halepense) es una especie vivaz que se ha convertido en una de las principales malas hierbas en maíz. Se caracteriza por su distribución agregada formando rodales. Sus rizomas, situados bajo tierra, son difíciles de controlar. Además, su metabolismo C4 le permite un crecimiento muy rápido, lo que la hace altamente competitiva.
La grama (Cynodon dactylon) es otra especie vivaz, rizomatosa y estolonífera. Estas características hacen que su control en campos sea difícil y su presencia cada vez más habitual en los campos de maíz. Es especialmente problemática en sistemas de no-laboreo.
El garranchuelo o pata de gallina (Digitaria sanguinalis) es una gramínea anual de germinación tardía. Es característica su inflorescencia formada por espigas en forma de dedo.
La juncia (Cyperus spp.) son especies vivaces que se multiplican de forma vegetativa mediante tubérculos. Podemos encontrar dos especies: Cyperus rotundus y Cyperus esculentus. Son malas competidoras por la luz, por lo que si el maíz se implanta antes, apenas ocasionan molestias al cultivo.
La mijera o pata de gallo (Echinochloa crus-galli) es una especie anual que puede alcanzar un porte superior a 1 m. Su inflorescencia está formada por varias espigas bien definidas y distantes entre ellas, fácilmente reconocible por tener pelos largos entre las espiguillas.
El amor de hortelano o almorejo (Setaria spp.), una gramínea anual con cuatro especies de aparición frecuente: Setaria pumila (=Setaria glauca), Setaria verticillata, Setaria adhaerens y Setaria viridis. Se caracterizan por tener una inflorescencia en panícula cilíndrica, de la que sobresalen pelos largos de cada espiguilla dirigidos hacia el ápice, de modo que la inflorescencia resulta áspera al tacto.