Pese a que algunas malas hierbas pueden tener efectos positivos, como proteger el suelo de la erosión o favorecer la biodiversidad, en general, la acción de estas plantas suele ser bastante perjudicial para los cultivos.
Para saber cómo eliminar las malas hierbas y que no se produzca esta acción nociva, es importante entender cuáles son sus características para así aplicar de manera óptima la mejor forma de acabar con ellas: la prevención.
Existen muchos tipos de malas hierbas, aunque, por fortuna, también existen diferentes soluciones para combatirlas. Según el tipo de planta y el cultivo que sea, podremos aplicar una u otra solución. En cualquier caso, y para que la efectividad sea mayor, siempre recomendamos contactar con la delegación regional de Tradecorp correspondiente, la cual ofrecerá información completa sobre cuál es la mejor solución para eliminar las malas hierbas dependiendo de las circunstancias de cada cultivo.
Características de las malas hierbas
Hablamos de malas hierbas para referirnos a aquellas plantas silvestres que crecen en zonas que han sido controladas o trabajadas por las personas, como puedan ser los cultivos, pero también los jardines o huertos. También se denominan maleza y, por lo general, nos referimos a las plantas no deseadas que crecen entre los cultivos dañandolos de alguna manera.
Las malas hierbas se caracterizan por su alta capacidad de dispersión; generan miles de semillas que se transmiten rápidamente a través del viento, los animales o en la maquinaria que se utiliza en el campo. Además, son persistentes y resistentes, y altamente competitivas, es decir, “roban” el agua, la luz o los nutrientes a otras plantas.
Podemos identificar dos grandes grupos de malas hierbas, con varias especies en cada uno de ellos. Las monocotiledóneas se caracterizan por su hoja estrecha y sus inflorescencias en espigas o panículas; estas malas hierbas son muy competitivas con los cultivos de cereales invernales. Por otro lado, tenemos a las dicotiledóneas -tienen dos cotiledones (hojas primordiales) visibles-, cuyas hojas e inflorescencias son de forma diversa y que también afectan mucho a los cereales de invierno.
Efectos negativos de las malas hierbas
Uno de los mayores problemas de las malas hierbas es su competitividad, que hace que disminuya el rendimiento de los cultivos y también afecta a su calidad. Pero, además, es importante eliminar las malas hierbas porque su presencia favorece la aparición de plagas y enfermedades de los cultivos producidas por hongos.
Algunas malas hierbas pueden llegar a provocar alelopatía, que es la introducción de sustancias tóxicas que dificultan la germinación o el desarrollo de otras plantas a su alrededor. De hecho, existen malas hierbas directamente venenosas, lo que puede suponer un problema para los pastos.
Todos estos efectos suponen un perjuicio económico para el agricultor, pero es que, además, dificultan su labor a la hora de trabajar el campo.
Cómo eliminar las malas hierbas de los cultivos
Como señalamos antes, el mejor método para librarse de las malas hierbas en los cultivos es el preventivo; conociendo qué tipo de maleza puede aparecer en el campo y cuándo se da, es posible aplicar soluciones para impedir que eso suceda.
De todos modos, existen también diversos métodos para eliminar de manera eficaz las malas hierbas. Relacionados estrictamente con la agronomía (los conocimientos que rigen la práctica de la agricultura), tenemos métodos como el pastoreo, la rotación de cultivos o el uso de cubiertas vegetales, que ayudan a prevenir de manera natural la aparición de las malas hierbas. Además, la tecnología ha permitido el desarrollo de fitosanitarios cada vez más específicos y eficaces contra las malas hierbas, tanto para su prevención como para su eliminación.
Entre los métodos más comunes para eliminar las malas hierbas, se encuentra la escarda, que puede ser mecánica o manual y que consiste básicamente en arrancar estas hierbas nocivas antes de que se extiendan.
Tal y como señala la Revista Vida Rural, la escarda mecanizada elimina las malas hierbas que crecen entre las líneas de cultivo, pero no es eficaz ante las hierbas que crecen dentro de la línea de cultivo. Por ello, se utilizan tres métodos para acabar con estas malas hierbas de las líneas de cultivo: la escarda manual, la aplicación de herbicidas en la banda o la aplicación de herbicidas uniformes. Durante años, esta tercera opción ha sido la más habitual en los cultivos en España, aunque no es la más eficiente; en la actualidad, y es algo que se espera mejorar notablemente en los próximos años, gracias a la robotización y la automatización, la aplicación de productos fitosanitarios es más precisa y eficaz.
Dependiendo de si las malas hierbas están muy extendidas o no, o de su dificultad de erradicación y/o su persistencia, utilizaremos unos métodos u otros. Pese a que la escarda es muy útil, ya que directamente arranca la mala hierba, a menudo no será suficiente para detener el problema si las plantas ya han proliferado en exceso.
En esos casos será necesario utilizar soluciones fitosanitarias; para eliminar las malas hierbas de manera eficaz y sin exceso de producto, además de saber qué solución es la más adecuada, también deberemos tener en cuenta cuál es el momento más adecuado para su aplicación.