Sanidad vegetal: ¿Por qué es tan importante?


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La salud de las plantas repercute directamente en nuestra salud. De ellas dependen en gran medida los alimentos que ingerimos y el aire que respiramos, por este motivo, resulta vital tener plantas sanas, libres de enfermedades.

Cuando hablamos de sanidad, nos referimos al sistema que vela por nuestra salud; se trata de medidas, profesionales o estructuras dirigidas a conseguir que nos mantengamos sanos. Del mismo modo, al hablar de sanidad vegetal nos referimos a un sistema de salud, pero en este caso dirigido a las plantas.

La protección de la sanidad vegetal es una cuestión que está cobrando gran importancia en los últimos años dentro de la agricultura. Antiguamente, el sector estaba centrado principalmente en la producción, sin pensar suficientemente en las consecuencias que la actividad podría tener sobre el medio ambiente. Ese modelo ha resultado ser perjudicial no solo a nivel ecológico, sino para la sostenibilidad de la propia actividad.

La sanidad vegetal, que se preocupa porque los cultivos -tanto las plantas como los recursos necesarios para su producción- estén sanos, es una gran aliada de la sostenibilidad. En unos tiempos en los que es necesario aumentar la producción agrícola y hacerlo causando el menor impacto medioambiental posible, la sanidad vegetal juega un papel fundamental.

¿Qué es la sanidad vegetal?

Se entiende por sanidad vegetal como el conjunto de medidas destinadas a la prevención y protección de las plantas frente a las diferentes enfermedades que puedan sufrir, a menudo causadas por plagas y otros factores como los fenómenos meteorológicos extremos.

La sanidad vegetal pretende garantizar la salud de las plantas; tener unas plantas saludables significa que se mantengan durante el ciclo de vida que les corresponda (que no mueran antes de tiempo), que sean capaces de producir semillas y frutos y puedan reproducirse.

Para alcanzar este objetivo, se necesita dotar a las plantas de resistencia y capacidad de adaptación ante las diferentes amenazas que sufren, pero de modo que sea sostenible con el medio.

La agricultura, que se calcula que es responsable de alrededor del 14% de emisiones de CO₂ a la atmósfera, es al mismo tiempo de los sectores que más contribuye al cambio climático y que más sufre sus efectos. Entre esas consecuencias se encuentra la alteración de los ecosistemas y la reducción de la biodiversidad, que es caldo de cultivo para la proliferación de plagas que causan enfermedades.

Del mismo modo, la globalización supone también una grave amenaza para la sanidad vegetal. El aumento del comercio internacional y la movilidad a nivel mundial hacen que sea más fácil que se propaguen enfermedades y plagas.

Importancia de la sanidad vegetal

Naciones Unidas declaró 2020 como el Año de la Sanidad Vegetal, en un intento de concienciar sobre la importancia de llevar a cabo prácticas agrícolas que respeten y fomenten la salud de las plantas. De ahí, se derivó la instauración del 12 de mayo como Día Internacional de la Sanidad Vegetal; un gesto que pretende crear conciencia sobre la necesidad de proteger la sanidad vegetal.

Plantas más sanas significa personas más sanas. Se calcula que, para 2050, la producción agrícola necesitará incrementarse en un 60% para poder alimentar a toda la población mundial. Ante esta situación, que se desarrolla en un escenario donde el suelo de cultivo y otros recursos como el agua son escasos, el sector no puede permitirse las pérdidas económicas y los estragos a nivel ecológico que producen las enfermedades en los cultivos.

La intención de Naciones Unidas es reivindicar la sanidad vegetal como herramienta para ayudar a erradicar el hambre, reducir la pobreza, proteger el medio ambiente y potenciar el desarrollo económico.

La necesidad de ser productivos a la vez que sostenibles nos lleva a tener que desarrollar soluciones para el campo que sean más eficientes. En el caso de la sanidad vegetal, la eficiencia pasa por la prevención.

Prevenir la aparición y la propagación de plagas y enfermedades es la manera más económica y eficaz de garantizar que tenemos cultivos saludables que, en consecuencia, producirán alimentos en cantidad y de calidad.

Para combatir las plagas y enfermedades de los cultivos, confiamos en la tecnología y la innovación para desarrollar soluciones más seguras, específicas y limpias. Queremos promover la utilización de productos fitosanitarios mejores, que solo afecten a la causa de la enfermedad del cultivo y que tengan efecto durante un periodo de tiempo limitado. Además, es necesario promover también las buenas prácticas para hacer un uso más eficiente y efectivo de fertilizantes y otros productos que ayudan a proteger la sanidad vegetal.

Cuidar la salud de las plantas, sea el cultivo que sea, es necesario para cuidar de nuestra propia salud y del medio ambiente. La sanidad vegetal consigue una buena producción de alimentos y seguridad alimentaria; se fomenta en la sostenibilidad de la agricultura al “curar” en lugar de reemplazar. Al proteger las plantas de los cultivos estaremos contribuyendo a la eficiencia en la agricultura y la preservación del entorno natural frente a un modelo desfasado que se basaba en la sobreexplotación y el despilfarro.