Estamos viviendo una época de crisis y especial incertidumbre que, sin embargo, se espera que sea transitoria. Esta situación afecta a toda la sociedad, pero, muy notablemente, al sector agroalimentario.
El gran reto es, no solo afrontar estos problemas, sino también prepararse para el futuro de la alimentación y la agricultura, que se presenta como un auténtico desafío.
Problemas como la alta inflación actual o la falta de suministros son vistos por muchos como una oportunidad para desarrollar soluciones y proponer iniciativas que sienten las bases de la agricultura del futuro.
En los próximos años el sector agroalimentario se enfrenta a tres grandes problemas: el crecimiento demográfico, la escasez de recursos y el cambio climático, problemas que afectan en mayor medida al futuro de la agricultura española por el gran peso que tiene el sector en nuestro país.
Para hacer frente a esos desafíos para el futuro del sector, es fundamental conseguir que la agricultura sea más productiva, pero que, al mismo tiempo, sea sostenible. Por ello, el futuro del sector agroalimentario pasa por mejorar su eficiencia.
La sostenibilidad es, junto con la rentabilidad -necesaria para que la industria agroalimentaria sea viable-, la clave para garantizar el futuro de la alimentación y la agricultura.
Retos del sector de la alimentación y la agricultura
En 2017, la FAO presentó el informe “The future of food and agriculture. Trends and challenges”, que señalaba cuáles serían los grandes desafíos para la alimentación y la agricultura en los siguientes años.
No se imaginaba entonces que a esas predicciones se tendrían que sumar situaciones tan complicadas como la pandemia del COVID-19 o la guerra en Ucrania, pero, aun así, las conclusiones del informe siguen siendo válidas para plantear cómo será el futuro de la alimentación y la agricultura, y cuáles son las claves para ofrecer soluciones ante los retos que plantea.
El futuro al que se enfrenta el sector agroalimentario
Como señalábamos, uno de los principales elementos que marcará el futuro del sector agroalimentario es la necesidad de cubrir las demandas de una población que, aunque crece en menor medida que antaño, está previsto que alcance los 9.700 millones de habitantes en el mundo para 2050, que son 1.700 millones más que en la actualidad.
El cambio demográfico se producirá de manera desigual, con un mayor aumento de habitantes en África y Asia, y también estará marcado por la concentración de personas en las ciudades y el envejecimiento de la población.
Al reto demográfico se suma el reto medioambiental, cómo paliar y evitar los efectos adversos del cambio climático, entre los que se encuentra la merma de recursos naturales tan necesarios para la agricultura como el agua o el suelo, así como las negativas consecuencias de fenómenos meteorológicos extremos.
Ante la escasez, se acentúa la competición por los recursos naturales, lo cual puede acrecentar la desigualdad económica, que a su vez deriva en aumento de la pobreza, grandes movimientos migratorios, inestabilidad de los mercados y devaluación de los precios, etc.
Lo que pasa en una parte del mundo siempre afecta de una manera u otra al resto, y no es la única consecuencia de la globalización. Otros problemas pueden ser la propagación de enfermedades y plagas foráneas, o desequilibrios en la cadena agroalimentaria que hacen que en algunos lugares falten alimentos, mientras que en otros el problema sea el desperdicio y la gestión de residuos.
Todo esto cuando la sociedad está tomando conciencia de la necesidad de cambiar el modelo productivo para que sea más sostenible, y cuando demanda también alimentos más saludables. El reto no es solo el aumento de la producción con un sistema sostenible, sino que también se deben garantizar unos estándares nutricionales y la seguridad alimentaria.
Cómo puede el sector hacer frente a los retos de futuro
La FAO señala la necesidad de transformación del sector agroalimentario para afrontar con garantías todos esos retos para el futuro de la alimentación y la agricultura. Con esa finalidad, destaca 10 puntos clave que el sector necesita abordar para tener éxito en la tarea de erradicar el hambre y la pobreza, y que al mismo tiempo pueda hacer que los sistemas agrarios y alimentarios del futuro sean sostenibles medioambiental, social y económicamente, es decir, que sean rentables.
Estas son las 10 tareas que debe asumir el sector agroalimentario para afrontar con garantías su futuro:
- Mejorar la productividad en la agricultura de manera sostenible para cubrir la demanda creciente.
- Asegurar una base sostenible de recursos naturales.
- Buscar herramientas para luchar contra el cambio climático y la proliferación de desastres naturales.
- Erradicar la pobreza extrema y reducir la desigualdad.
- Acabar con el hambre y cualquier forma de malnutrición.
- Hacer que los sistemas alimentarios sean más eficientes, inclusivos y resilientes.
- Generar más oportunidades de negocio en el medio rural y enfrentarse a la raíz del problema de la inmigración.
- Crear resiliencia en el sector para poder afrontar crisis, desastres y otros conflictos.
- Prevenir nuevas amenazas transfronterizas para los sistemas agrícolas y alimentarios.
- Hacer frente a la necesidad de contar con políticas nacionales e internacionales coherentes y efectivas.
Estos son algunos de los asuntos que marcarán el futuro de la alimentación y la agricultura en los próximos años, y para los que será necesario encontrar soluciones que pasan, principalmente, por el trabajo conjunto de los distintos agentes que forman parte del sector con el fin de crear sistemas más resilientes y eficientes, y garantizar así su sostenibilidad.