Cebada

El peral presenta carencias que deberemos ayudar con un correcto abonado para que tenga los recursos nutricionales en las etapas fenolicias más estratégicas para la producción como son la floración, cuajado y engorde. Las aportaciones de nitrógeno debe ser rigurosamente equilibradas. Las aportación de potasio son esenciales para asegurar una óptimo desarrollo y maduración del fruto con un adecuado y correcto contenido en azúcares. El cultivo de peral es sensible a las carencias de hierro y de calcio. Las aplicaciones de calcio deben realizarse vía foliar comenzando a partir de la caída de pétalos. En épocas de factores abióticos desfavorables o situaciones de estrés explícitas como frío, calor, heladas resulta imprescindible el aporte de productos bioestimulantes con efecto preventivo o con efecto curativo.