Cultivo de olivar: tradicional, intensivo y superintensivo


Cultivo de olivar

Cultivo de olivar: tradicional, intensivo y superintensivo

La superficie de cultivo de olivar en España ocupa 2,75 millones de hectáreas, de las que el 93% se destinan al olivar de almazara, es decir, a la producción de aceite de oliva. La producción española de aceite ocupa el primer puesto mundial en volumen, superficie cultivada y comercio exterior; supone el 70% del aceite producido en la Unión Europea y el 45% del mundial.

Pese a que Andalucía es, con diferencia, la Comunidad Autónoma más productora, especialmente la provincia de Jaén, lo cierto es que el cultivo de olivar está presente en 15 de las 17 CC.AA., Jaén concentra el 37% de la producción; le siguen Castilla La Mancha (8%) y Extremadura (4%), aunque también cabe destacar un incremento notable en otras regiones como Cataluña y la Comunidad Valenciana.

El cultivo de olivar cuenta con una larguísima tradición, especialmente en los países mediterráneos. Pero, desde el siglo XX, se considera que hay tres sistemas de cultivo de olivar: tradicional, intensivo y superintensivo, aunque últimamente se han introducido también otras variables -relacionadas con el cultivo tradicional, pero con matices- que están encontrando su mercado.

En España, como en otros países de tradición olivarera, el sistema de cultivo de olivar predominante es el tradicional. Parte de este sistema (el cultivo tradicional mecanizado) podría encuadrarse dentro de la Producción Integrada, que se aplica al 57% de la superficie de cultivo de olivar en España. Este método utiliza al máximo los recursos y medios de producción naturales para que sea sostenible, pero también introduce métodos biológicos y químicos de control que compatibilizan las demandas de la sociedad, el respeto al medio ambiente y la productividad agrícola.

Además de haberse introducido los sistemas de cultivo intensivo en el olivar español, llama la atención la apuesta que se ha hecho por la cada vez más demandada agricultura ecológica. Según datos de 2020, hay unas 217.864 hectáreas de olivar ecológico.

Sistemas de cultivo de olivar

Como decíamos, principalmente, se considera que hay tres sistemas de cultivo de olivar. Las razones para elegir uno u otro tienen que ver con la rentabilidad, basándose sobre todo en los costes de producción.

En ese sentido, aunque el sistema tradicional recibe ayudas de la UE para su supervivencia, como por ejemplo la PAC, los costes en los sistemas intensivo y superintensivo son mucho menores; sirvan como referencia los precios fijados en agosto de 2020: producir un kilo de aceite con un sistema de cultivo de olivar tradicional mecanizable de regadío costaba 2’18€, mientras que el precio de la producción en olivar intensivo de regadío era de 1’60€ y en superintensivo de regadío de 1’49€.

Hay que tener en cuenta que, por naturaleza, el cultivo del olivar es de carácter vecero, es decir, que la producción varía ampliamente de una campaña a otra, influyendo en la capacidad productiva de la aceituna.

Así pues, se empiezan a introducir con fuerza los sistemas intensivo y superintensivo, lo que supone no solo un cambio en el modelo de producción, sino que también está cambiando el paisaje de los campos de olivares y poniendo en jaque a los productores del olivar tradicional, que son la mayoría en España.

Tradicional

El cultivo de olivar tradicional se caracteriza por la baja densidad en el número de árboles plantados, unos 80-120 por hectárea, y por trabajar con el olivo en estado silvestre. Esto hace que la producción esté muy determinada por las características de la zona geográfica y del clima.

En España, predomina este tipo de cultivo puesto que los olivos cuentan predominantemente con dos o tres patas para que produzcan más aceituna, por lo que necesitan más terreno para desarrollarse. Además, también es necesario que pase mucho tiempo, decenas de años, para que alcancen su grado máximo de producción.

En este tipo de cultivo de olivar, se distinguen dos modalidades:

  • Sistema tradicional de cultivo mecanizable donde se mecanizan las labores más difíciles, como la recolección de la aceituna o la aplicación de tratamientos.
  • Sistema tradicional de cultivo no mecanizable, que se practica en los suelos con una pendiente superior al 20% donde no se puede utilizar ningún tipo de maquinaria.

Intensivo

En este sistema, que llegó a España allá por los años 60, se consiguen plantar entre 200 y 600 árboles por hectárea y está mecanizado. Los olivos que se plantan no son tan antiguos como los del cultivo tradicional, pero suelen tener una vida útil superior a los 40 años, por lo que no hace falta renovar las plantas con mucha frecuencia; su rendimiento pleno se produce aproximadamente a los 7 años de haber sido plantado.

Superintensivo

En este caso, se trata del cultivo de árboles cuya vida útil es de apenas 12-14 años y explotaciones que cuentan con entre 1000 y 2000 olivos por hectárea. En este sistema, prácticamente todas las labores relacionadas con el cultivo del olivar están mecanizadas, lo que ayuda a que los árboles empiecen a ser productivos más rápido, más o menos a los 5 años de haber sido plantados.

De acuerdo con los datos de la Asociación Española de Municipios del Olivo, en España, alrededor del 76% del cultivo de olivar pertenece al sistema tradicional, y más de la mitad es mecanizable; el 22% corresponde al sistema de cultivo intensivo, y el 2% al superintensivo.